El estudio de las voces visuales y narrativas de las infancias, una propuesta metodológica


The study of the visual and narrative voices of childhood, a methodological proposal




PAOLA MARÍA GARFIAS CEDILLO

Universidad Autónoma de Aguascalientes, México




Resumen

Las niñas y los niños, como seres sociales por derecho propio, poseen una forma única de expresarse a sí mismos, no sólo a través de palabras, sino también, por medio de representaciones visuales. Ante la problemática detectada de la poca participación social de las infancias, encontramos que sus dibujos, fotografías, o cualquier otro tipo de representación visual, puede detonar un diálogo visual-narrativo, que ofrece una ventana hacia sus pensamientos, emociones y percepciones del mundo. En este artículo se fundamenta la necesidad de estudiar dichas representaciones y narrativas, y tomando como base la teoría de la voz desarrollada por Nick Couldry, así como el enfoque de la sociología de la infancia, se presenta aquí una metodología basada en métodos de etnografía visual, diseñada para ser aplicada en una investigación en la ciudad de Aguascalientes, México, pero con posibilidad de ser replicada en otros contextos sociales. Los resultados de dicha investigación no son presentados en este artículo, pues su enfoque es meramente metodológico.

Palabras clave: Infancias; representación visual; voz




Abstract

Girls and boys, as social beings in their own right, have a unique way of expressing themselves, not only through words, but also through visual representations. Faced with the problem of the lack of social participation of children, we found that their drawings, photographs, or any other type of visual representation, can trigger a visual-narrative dialogue, which offers a window into their thoughts, emotions, and perceptions of the world. This article supports the need to study such representations and narratives, and based on the theory of voice developed by Nick Couldry, as well as the approach of the sociology of childhood, a methodology developed on visual ethnography methods is presented here, designed to be applied in a research study in the city of Aguascalientes, Mexico, but with the possibility of being replicated in other social contexts. The results of this investigation are not presented in this article, since its approach is merely methodological.

Keywords: Childhood; visual representation; voice.









¿Qué similitudes comparten Ximena y Emiliano, quienes disfrutan de una educación en una escuela privada, con Isabel y Juan, residentes de una zona socialmente marginada en la ciudad, o con Margarita y Tomás, estudiantes de una escuela rural? ¿Cuáles son las particularidades que los distinguen? En última instancia, ¿cómo se expresan sus voces?

La niñez es un grupo social con voces e intereses propios que requieren un enfoque específico de estudio; he optado por denominarlas “voces” en plural, puesto que referirme a una sola voz resultaría inadecuado, debido a que lo que tienen que decir las y los niños de cada entorno puede variar considerablemente entre sí.

Las niñas y los niños son integrantes de cada una de las sociedades del mundo, y no sólo eso, son una parte esencial que proporciona un motor social, pero que, sin embargo, es comúnmente vista como un grupo de personas en transición a la adultez, y por lo tanto, como una voz social que cuenta poco o no cuenta.

Por este motivo, me embarqué en el estudio de la infancia con el propósito de descubrir las narrativas que los niños y las niñas comparten cuando se les brinda la oportunidad de expresarse. En este trayecto, descubrí que una de las formas más efectivas para lograrlo es a través de sus representaciones visuales.

La representación visual, además de ser un método de obtención de datos, puede ser vista como objeto de estudio en sí mismo, y como contexto; además, en conjunto con la narrativa detonada a través de ellas, se puede obtener un diálogo rico de perspectivas entre el o la investigadora y las y los niños, con el objetivo de comprender su voz para con ello abonar al entendimiento social y poder aportar información para la generación de políticas públicas que afectan a la niñez.

La propuesta metodológica que se presenta parte de una investigación que se está llevando a cabo en la ciudad de Aguascalientes, México, y que responde a la pregunta de cuáles son las voces que expresan las infancias a través de sus representaciones visuales y de las narrativas generadas a partir de estas. Dicha pregunta surge de la problemática detectada de la falta de participación de la niñez, la cual se puede observar desde un nivel micro en el núcleo familiar, donde típicamente todo tipo de decisiones son tomadas sin consultar la opinión de las y los niños miembros de la familia, incluso las que les afectan directamente a ellas y ellos, hasta un nivel macro, como por ejemplo en la Convención de los Derechos del Niño de 1989, cuya misión era solidificar las protecciones para las y los niños, y donde se llegaron a acuerdos que siguen siendo vigentes hasta el día de hoy. Pues si bien dicha convención ha sido de gran importancia, algunos autores como Hamelink (2021), Morales y Magistris (2019) se cuestionan algo que considero fundamental al hablar de la falta de participación: ¿cuántos niños y niñas fueron consultados en el proceso de la redacción de la convención? ¿cuántos niños participaron? La respuesta es, ninguno.

Entonces, en el afán de conocer los puntos de vista de la niñez, surgen preguntas como ¿cómo perciben su entorno? ¿a qué juegan y dónde? ¿cómo son las jerarquías de poder en su entorno? ¿qué papel juegan los medios digitales en su vida? ¿cuáles son sus preocupaciones, problemas o miedos? ¿cómo se ven a sí mismos? Estos son algunos de los puntos que se pretenden conocer en la investigación, y que a través de la metodología propuesta pueden ser respondidos.

A continuación, se presenta primeramente el enfoque y la teoría que dan sustento a la investigación, para dar paso a la explicación de la metodología que se generó para lograr los objetivos de la investigación mencionados.

Voz y la visión de la sociología de la infancia

La investigación se basa en los conceptos sobre “la voz” desarrollados por Nick Couldry y en el enfoque bajo el cual se construye la sociología de la infancia, que consiste en ver a la niñas y los niños como sujetos sociales por derecho propio y en propiciar su voz y agencia.

Thomson (2009) apunta que en lugar de ver a las y los niños como becomings, es decir, como personas que todavía no son lo suficientemente maduras como para tener una opinión o actuar responsablemente, deben verse como beings, como seres competentes, cuyas acciones, visiones y elecciones son de valor. Como señala Burke (2009), lo que para las personas adultas puede parecer insignificante, una obstrucción o una monstruosidad, muchas veces es de vital importancia para las y los niños. Ellas y ellos pueden ser vistos como expertos en sus propios mundos, con sus propios procesos de significación. Para ello, se propone estudiar y entender a las y los niños como agentes sociales que dan forma a su entorno, por medio de la tangibilización de sus espacios imaginarios para así construir nuevos significados, con la idea de encontrar aspectos de la vida que tal vez son invisibles al ojo adulto, revelar significados, sentimientos, historias, contextos, lugares, anhelos o problemas, propios de las infancias.

La sociología de la infancia, señala Wood (2015), se ha convertido en un campo de estudio que refleja los cambios en las concepciones teóricas de cómo las infancias son entendidas, disputando el concepto de “niño o niña universal”, además de abordar críticamente los conceptos de voz, empoderamiento y agencia de las infancias.

Este concepto de voz sugiere un punto de vista particular, que no es universal, sino situado, dependiente del contexto social. Pues, como expresa Thomson (2009), poder decir lo que piensas, de la manera que quieres, depende en gran medida de lo que se te pregunte, por quién, sobre qué y qué se espera de ti. El contexto social, señala esta autora, influye en la diferencia de la voz, y se debe tener en cuenta que lo que se diga no viene de una voz fija, estable y “auténtica”, sino que siempre es producida en un tiempo, lugar y situación en particular. Y esto, en los estudios con la niñez es especialmente fundamental, pues las y los niños pueden tender a expresar lo que se espera de ellos y ellas, por intimidación, para complacer o para evitar problemas. Parry (2015) señala que las y los niños están lejos de ser un grupo homogéneo, por lo que el caos de la realidad requiere que en las investigaciones se tome en cuenta el amplio rango de diferencias culturales y sociales de cada contexto.

Sobre el concepto de la voz, Couldry (2010) expresa que mirar a la voz significa prestar atención también, a las condiciones para una voz efectiva, es decir, las condiciones bajo las cuales se sostienen las prácticas de voz de las personas y se validan los resultados de esas prácticas, así como los escenarios o contextos en donde hablan, y si son o no escuchados.

Señala Couldry (2010) que la voz es una forma de agencia reflexiva. El acto de la voz implica asumir lo que decimos, las historias que contamos, lo que narramos, y esto revela quiénes somos. Debido a esto, un elemento clave es la reflexividad, pues al asumir nuestras palabras, se involucra un proceso continuo de reflexión, pues vamos intercambiando narrativas entre nuestro pasado y nuestro presente, y entre nosotros y los demás. Este proceso no es accidental, sino necesario, pues los humanos tenemos un deseo de narrar, un deseo de dar sentido a nuestras vidas. Un proceso efectivo de voz, implica mucho más que simplemente poder hablar; como proceso social, implica, tanto hablar, como escuchar.

La sociología de la infancia, apunta Mayall (2000), ayuda a definir cuestiones relacionadas con el respeto de los derechos de participación de los niños, pues si entendemos a los niños no sólo como individuos sino como miembros de un grupo social, deberemos reflexionar sobre los derechos de ese grupo a participar en la construcción del orden social, las políticas y prácticas sociales. La sociología de la infancia ha tomado el concepto de agencia como eje central al estudiar a la niñez, implicando, como apuntan Pavez Soto y Sepúlveda Kattan (2019), ver a las niñas y los niños como actores sociales con dicha capacidad, creándose un debate sobre las formas de acción de las niñas y los niños en el mundo social. Bajo la visión de la sociología de la infancia, las niñas y los niños no son objetos pasivos de la estructura y los procesos sociales; la infancia, no es sólo una etapa de transición hacia la vida adulta o una fase de socialización, pues las niñas y los niños si bien están en proceso de aprender las normas de la sociedad, es decir, las reglas del juego, ya están actuando en ella, ya están jugando. Por su partre, Mayall (2002), expresa que el autoritarismo y las relaciones verticales entre niños/niñas y personas adultas son algunos de los factores que inhiben la agencia de las y los niños, pues niegan o reducen su participación, o restringen sus posibilidades de interactuar socialmente.

Las representaciones visuales y las infancias

¿Por qué estudiar a las infancias a través de sus representaciones visuales? Se encontró que diversos autores, pero sobre todo autoras, han encontrado la pertinencia y utilidad en ello, y han realizado diversas investigaciones utilizando la representación visual como punto central. Son de destacar las publicaciones de Thomson (2009) y de Stirling y Yamada-Rice (2015), donde se pueden conocer diversas investigaciones de este tipo.

A continuación se mencionan algunas de las características que explican por qué se eligió usar a las representaciones visuales para el estudio de las infancias y aspectos a considerar al hacerlo.

Una de las maneras en la que los niños y niñas construyen significados y forman sus identidades es a través de las representaciones visuales que los rodean y que consumen. Al mismo tiempo, los niños y niñas son también constantes creadores de representaciones visuales, pues el dibujo, o cualquier otro medio de representación visual “básico”, está muy presente en sus vidas. Ver a un niño o niña dibujando es algo habitual, cuestión que vamos perdiendo al llegar a la adultez.

Debido a lo anterior, y bajo el diálogo fértil que ofrecen las investigaciones colaborativas entre participantes e investigadores, se ha encontrado que una de las maneras más efectivas para estudiar a las infancias es a través de los métodos visuales o de la etnografía visual, pues, como es observable en la mayoría de las niñas y niños, las imágenes y su producción son centrales en su vida diaria. Freedman (2003) sostiene que las imágenes comunican de manera diferente a las palabras, las imágenes provocan rápidamente tanto respuestas estéticas y emocionales, como intelectuales. Además, Thomson (2009) apunta que cuando las y los niños se involucran en investigaciones visuales, parecen disfrutar del proceso, y esto sugiere que los niños y niñas están obteniendo algo de su participación.

Los métodos visuales son idóneos para utilizar las tendencias creativas de las y los niños, para comunicar sus emociones internas, para expresar sus mundos externos, de manera individual y colectiva. El hacer tangible una emoción o una idea a través de un producto visual proporciona información que puede ser literal o simbólica de la vida de las y los niños.

En este sentido, las representaciones visuales, vistas no sólo como un producto o un dato aislado, sino como un objeto de estudio en sí mismo, como un contexto y como un método, nos invita a estudiarlas de una manera más compleja, pues pueden convertirse en gran fuente de información sobre cualquier grupo social, pero en específico sobre las infancias, al ser un lenguaje presente de manera contundente en sus vidas.

Por otro lado, se toma en consideración lo que apunta Hall (2015) cuando señala que nuestra interacción con las imágenes nunca es neutral. El espectador de una imagen trae consigo todas sus propias experiencias, intereses, prejuicios hacia cualquier interpretación, lo cual en un contexto de investigación puede ser problemático, por lo que para que se logre entender una imagen, es necesario que la realidad del espectador y la del creador sean compartidas, pues de otra manera será difícil tener una interpretación común, a pesar de algunas posibles similitudes.

Debido a esto, un factor esencial en este tipo de investigación es el binomio de la representación visual y el diálogo verbal; ver a la representación visual como un trampolín narrativo, y a la narración, como clarificadora y contextualizadora de dicha representación. Ambos se complementan y deben coexistir en la investigación, combinando lo verbal con lo no verbal. Núñez Patiño (2020) expresa que los dibujos (o cualquier otra representación visual) pueden ser herramientas de investigación que se pueden trabajar horizontalmente, debido a que abren un diálogo con las niñas y niños y sus contextos y generan conocimiento mutuo. A través de la producción de sus dibujos y sus propias interpetaciones se da cuenta de la diversidad de formas en las que vive la niñez, dejando atrás la idea hegemónica que tenemos sobre ellas y ellos.

Hall (2015) expresa la necesidad de que el investigador vea a las representaciones visuales como un camino, en lugar de un contenedor, y que además, busque tomarse el tiempo y el espacio para unirse al niño o a la niña como un acompañante de viaje para co-construir significados inter-subjetivos, en donde, claramente, él o ella sea el que dirige la nave.

Es por ello que, para conocer el contexto de las y los niños que son sujetos de estudio, será de vital importancia el trabajo etnográfico en sus entornos, el escolar, el familiar, y el de sus espacios públicos, así como crear un diálogo lo más horizontalmente posible en las sesiones de etnografía visual (que se expondran más adelante), pues además de que las y los niños traen significados al proceso de investigación, nuevos significados se generan a través de los encuentros.

Otro aspecto a señalar es el hecho de que las representaciones visuales de las y los niños, ya sea por medio de lápices y plumones, sobre papel o plastilina y palos de madera, sobre una mesa o por medio de pixeles en una plataforma digital, están impregnadas del factor juego. Los niños y niñas juegan al dibujar, juegan al crear un personaje de videojuego, juegan al construir un artefacto. Berger (2011) expresa que las niñas y los niños experimentan el dibujo a manera de juego, sin que les interese el resultado; construyen cosas por el placer de construirlas, no para poseerlas. Burke (2009) apunta que una constante en el mundo cambiante de las infancias, en cualquier cultura o topografía, es que las y los niños juegan; en cualquier circunstancia en la que se encuentren, en casa, de camino a la escuela, en sus clases, en sus descansos organizados, e incluso, en circunstancias tan terribles como la guerra, las y los niños juegan. Así, no sólo el método de indagación por medio del juego será importante en la investigación, sino saber a qué juegan las y los niños, dónde juegan, bajo qué circunstancias lo hacen, nos podrá dar pautas para adentrarnos en su mundo, y entender las similitudes y diferencias entre los diferentes contextos.

La propuesta metodológica

La aproximación metodológica parte de la problemática detectada de la falta de espacios para la participación de la niñez, y busca, a través de un enfoque participativo, y fomentando la horizontalidad entre participantes e investigadoras o investigadores, encontrar los significados que otorgan sus experiencias de vida dentro del contexto sociocultural al que pertenecen; conocer sus intereses, ideas, preocupaciones y puntos de vista, para con ello ver y buscar entender su mundo social. Desde un enfoque meramente cualitativo, la metodología busca construir y entender los significados que las niñas y niños expresen sobre su entorno y su vida a través de sus representaciones visuales. Dichas representaciones servirán como detonante para conversaciones que den pie a las y los niños, a hablar de ellos y ellas y su propio mundo.

La propuesta busca en todo momento propiciar esta reflexividad entre las y los niños, y la o el investigador. Al realizar un diálogo narrativo-visual-verbal, se busca generar procesos de reflexividad en ambas partes que serán clave para indagar de una manera más profunda en su mundo.

Uno de los principales desafíos al hacer investigación con infancias es la procuración de relaciones lo más horizontales posibles entre participantes e investigadores. Si bien no se logrará una horizontalidad total, debido a la diferencia de edad y lo que ello implica en las relaciones habituales entre adultos y niñas y niños, así como a la posible diferencia de la posición social y la percepción de jerarquía que esta puede provocar, es preciso propiciar que las y los niños vean a la o el investigador como una o un “cuate” que no los juzga y que viene a jugar y a platicar, en lugar de un adulto que le dará indicaciones e imposiciones, pues esto podría repercutir en la inhibición de su interacción, y en que quizá sus respuestas sean menos genuinas.

La propuesta consiste en hacer el mismo estudio en tres estratos sociales diametralmente diferentes dentro de un mismo contexto (ciudad): estrato urbano priviliegiado socioeconómicamente, estrato urbano no privilegiado, y estrato rural, es decir, zonas que están en la periferia de lo que es considerado urbano. En cada uno de estos estratos se propone la observación y el análisis de los principales espacios sociales en donde se desenvuelven las y los niños: la familia, la escuela, el espacio público y los medios digitales. Cada uno de ellos funge en un aspecto específico en su desarrollo y en la investigación se indaga sobre cómo influyen en ellos y ellas cada espacio.

En esta propuesta metodológica, se plantean las siguientes categorías de análisis con base en el modelo que Couldry (2010) retoma de la “gramática sociológica del individuo” de Martucelli (2002), como modelo para interpretar activamente al sujeto en las situaciones en las que se encuentra. Consideramos estos ejes pertinentes debido a que cubren los aspectos que pueden fomentar o inhibir la voz de las infancias, además de enfocarse en conocer su sentido de identidad e imaginarios. Los cinco ejes que propone Couldry son: apoyo, rol, respeto, identidad y subjetividad. A partir de cada uno de los ejes, se hizo una reflexión y una propuesta personal para la construcción de subcategorías que permitieran distinguir los diversos elementos que podrían intervenir en cada eje.

1. Apoyo: conjunto de elementos, materiales e inmateriales, que vinculan (al individuo) a su contexto. Aquí se observa y se analiza qué aspectos de apoyo están alrededor de los sujetos de estudio, y cómo determinan su capacidad de agencia y su voz. Desde las condiciones espaciales de sus entornos, hasta la calidad y cantidad de tiempo dedicado a ellas y ellos por parte de los adultos en su entorno, son factores que intervienen en la voz de las y los niños. Por ejemplo, en qué consiste una jornada escolar, cómo son sus clases, cómo son tratados y nombrados los niños y niñas en sus escuelas y en sus casas, cómo se dirigen sus maestras o maestros, o su padres o madres hacia ellos y ellas, cómo son los salones de clases, qué objetos tienen, cómo es su higiene, etcétera.

De esta categoría se proponen como subcategorías: (a) actores: qué actores interactúan con las y los niños en los diferentes entornos y cómo son sus interacciones; (b) actividades: qué actividades realizan las y los niños que pueden fomentar o frenar su voz; y (c) entorno físico: cómo son los espacios físicos donde las y los niños interactúan y cómo los perciben ellas y ellos.

2. Rol: dependiendo de los contextos en donde se desenvuelven, los individuos actúan de diversas maneras. Observar los distintos roles que juegan las y los niños nos da pautas para vincular los dimensiones sociales en donde se desenvuelven y lograr un mayor entendimiento de su mundo.

Como subcategoría se propone género: comportamiento de las y los niños en relación con su género.

3. Respeto: aquí se observan los regímenes de interacción jerárquicos. Es decir, quiénes ejercen las posiciones de poder frente a las y los niños, y cómo se ejecutan los niveles de poder y su efecto en ellas y ellos. Se indaga en los poderes que se ejercen sobre las y los niños, así como de qué manera las jerarquías de poder influyen en las y los niños y su capacidad de agencia y su falta o presencia de voz.

Las subcategorías propuestas son: (a) jerarquía familiar: relaciones de poder entre los miembros de la familia de las y los niños; (b) jerarquía escolar: relaciones de poder entre las y los niños y los profesores con los que conviven en los diferentes entornos; y (c) jerarquía medios digitales: cómo influyen los medios digitales hegemónicos en el pensamiento de las niñas y niños.

4. Identidad: entendida como el proceso de expresarse a sí mismo o misma a través de identidades esenciales y oposiciones estables. Se observa aquí qué sentidos de identidad están presentes en las y los niños, y cómo estos determinan su mundo.

Como subcategorías se proponen: (a) ser: cómo se ve a sí mismo el o la niña; (b) no ser: cómo no quiere ser o ser identificado el o la niña; y (c) ideales: cómo quisiera ser.

5. Subjetividad: entendida como una narrativa individual que llene los vacíos que las narrativas sociales dejan sin llenar. Se analizará la individualidad de cada sujeto de estudio. Se buscarán imaginarios, tanto individuales, como grupales, así como maneras en las que visualizan al mundo y cómo se sitúan y cómo se representan ellas y ellos ante ese mundo.

Como subcategorías se proponen: (a) imaginario grupal: mundo/intereses colectivos de cada grupo; y (b) imaginario individual: mundo/intereses individuales de cada niño o niña.

La propuesta metodológica consiste en 5 fases:

1. Selección de entornos escolares

Como se mencionó anteriormente, se proponen tres entornos de estudio diferentes, dentro de una misma ciudad, con el fin de tener un panorama amplio de la población y buscar similitudes y diferencias en las infancias de distintos contextos: un entorno de nivel socioeconómico alto, otro de nivel socioeconómico bajo, y un entorno rural. Esto podrá variar de acuerdo a las características de cada ciudad.

Debido a que esta propuesta metodológica tiene como fin la investigación de los entornos sociales donde se desenvuelven las y los niños de una misma edad, el primer contacto se propone hacerlo a través de sus escuelas, mismas en donde se sitúa la observación etnográfica escolar, y desde donde se eligen las y los participantes de un mismo rango de edad, de cada entorno social.

Se propone que las escuelas se escojan de acuerdo a las características de cada ciudad donde se pretenda realizar la investigación, así como hacer indagaciones con asociaciones que trabajen con escuelas para conocer sus particularidades, o haciendo trabajo de exploración.

2. Acercamiento y observación etnográfica grupal

Para el primer acercamiento con la comunidad se propone llevar a cabo una observación etnográfica, para después llevar a cabo los primeros ejercicios de etnografía visual. Para esta fase se proponen nueve o diez sesiones de observación etnográfica y dos actividades de etnografía visual grupal. Las sesiones consisten en estar presente en las actividades de las y los niños durante toda la jornada escolar, en los salones de clase, en sus actividades fuera del salón, en el periodo de receso y a la salida, para observar si alguien va por ellas y ellos, y/o la interacción de la escuela con las personas que los recoge. Para el registro se realizan anotaciones en diario de campo y notas de voz de los sucesos observados.

La primera actividad de representación visual se propone realizarse en la segunda semana de observación, para tener la primera semana como primer acercamiento con las y los niños y que se habitúen a la presencia de la o el investigador. La segunda actividad se propone en la tercera semana. La primera actividad consiste en la realización de un comic/cartel, (ver imagen 2) en donde ellas y ellos son los personajes principales. En estos carteles se les pide a cada uno, de manera individual, que expresen por medio del dibujo: un autorretrato, qué les gusta hacer, qué no les gusta, qué les gustaría ser en el futuro y el momento favorito que han tenido en el transcurso de su vida.



Figura 1. Comic-cartel



Para realizar la actividad se propone que se muevan las bancas alrededor del salón, para tomar asiento en el piso a manera circular. Esto con dos intenciones, una, poder compartir el material (lápices, plumones, etc.) que se colocan al centro del círculo, y dos, poder sentarnos todas y todos en un mismo nivel, y provocar una mayor horizontalidad con ellas y ellos al momento de hablar. Una vez explicada y comenzada la actividad, hay un acercamiento para ver si existen dudas, o para escuchar qué es lo que están dibujando. Al terminar, se hace una dinámica para mostrar algunos de los dibujos, y que ellas y ellos respondan, al ver el dibujo de su compañera o compañero, qué es lo que quiere expresar. Estos dibujos sirven para conocer a las y los niños, sus gustos y disgustos individuales y colectivos, así como su expresividad. El ejercicio sirve también para empezar a determinar a las y los posibles sujetos de estudio individual que se realiza en la siguiente fase de la investigación.

La segunda actividad consiste en la realización de un mural colectivo con el fin de indagar en los imaginarios colectivos de las y los niños. Si por motivos de logística o restricciones de la escuela no se puede pintar en algún muro, se puede realizar en cartulinas de gran formato, para después ser colocadas sobre un muro. Esta actividad consiste en primero exponer la actividad a las y los niños, indicándoles que es su mural, donde ellas y ellos van a decidir los temas y plasmarán el contenido dibujando y pintando sus ideas. El segundo paso es hacer una lluvia de ideas, donde las y los niños mencionarán de qué quieren que trate su mural. Al tener aproximadamente diez temas diferentes, se procede a hacer una votación, para seleccionar sólo tres temas. Una vez seleccionados, se escribe una frase en el pizarrón, combinando los temas que escogieron.

El tercer paso es la realización del mural. Lo que plasme cada niña o niño será libre, pero siguiendo los temas acordados previamente por ellas y ellos. Una vez hayan participado todos, se propone colocar en un muro que sea visible para toda la escuela, con el fin de que sus ideas y creaciones sean vistas.

3. Selección de sujetos de estudio

A partir de la observación, la interacción con las y los niños en la escuela, y las actividades de representación visual realizadas previamente, se eligen los participantes para esta fase de la investigación. Se propone seleccionar un mínimo de 4 participantes (dos niños y dos niñas) en cada entorno. La elección se basa en las personalidades de las y los niños, no buscando una personalidad en específico, sino que sean diferentes entre sí. También es necesario observar el entusiasmo mostrado por la representación visual en los ejercicios realizados en la fase anterior, ya que si no es algo que les interese especialmente, los ejercicios individuales no fluirán de la misma manera. Es importante también mencionar que la habilidad para dibujar no debe ser un factor determinante en la selección de las y los sujetos, pues no se busca que los dibujos sean “buenos”, sino que simplemente sean expresivos.

Una vez identificados los participantes, se les pregunta primero a ellas y ellos si les gustaría que el o la investigadora los visite personalmente en casa, para dibujar, pintar, tomar fotos, etc. Si están interesados, se les envía una carta invitación a las madres y/o padres de familia, donde se les expone en qué consiste la participación de su hija o hijo y las características del proyecto. Si las madres y padres de familia aceptan la invitación, en la primera sesión se les proporciona una carta de consentimiento para su lectura y firma.

4. Observación etnográfica y trabajo etnográfico visual individual.

Esta fase consiste en visitas etnográficas al hogar de las y los niños elegidos como sujetos de estudio. En cada sesión se propone una pregunta detonadora sobre uno o varios temas en específico, relacionados con las categorías y subcategorías de análisis mencionados anteriormente. Con ello se pretende profundizar sobre lo que las y los niños piensan sobre cada tema. Para cada sesión se propone la realización de un producto de representación visual hecho por las y los niños, en conjunto con un diálogo o charla durante la realización de éste, misma que se recomienda sea grabada en audio de voz para ser revisada posteriormente. El investigador o investigadora puede dibujar también durante la sesión, pues esto genera una sinergia entre ambos. A la par, se realiza una observación del entorno y la dinámica familiar. Se proponen ocho sesiones que se explican a continuación:

Sesión 1. Categoría: Apoyo. Subcategorías: Actores / Entorno físico (espacio privado). Categoría: Respeto. Subcategoría: Jerarquía familiar. Se pretende indagar en la percepción que tiene el niño o la niña sobre su espacio doméstico, y sobre los actores con los que interactúan dentro de él.

Se le pide a la niña o al niño que haga un mapa o plano de su casa, de la manera que ella o él quiera. Después se le incita a que dibuje a todos los miembros de su hogar, y una vez dibujados, se recortan, y se les pega una pestaña en la parte inferior, para que lo coloquen y peguen de manera “tridimensional” en el espacio de la casa donde ella o él crean que es el lugar favorito de cada personaje. Esto nos permite conocer cómo está conformada su casa, su familia y los roles que juega cada uno de sus miembros.

Sesión 2. Categoría: Subjetividad. Subcategoría: Imaginario Individual. Categoría: Respeto. Subcategoría: Medios digitales. En esta sesión se pretende indagar sobre los personajes de los medios digitales -videojuegos, series, caricaturas, etc.- con los que se identifican las niñas y los niños, de manera individual, y que constituyen parte de sus imaginarios individuales.

Se le pregunta a la niña o al niño si juega video juegos, o ve videos o series, y en dónde. Se le pide que identifique a su(s) personajes favoritos y los dibuje. Mientras lo hace, se indaga sobre por qué le llama la atención ese personaje o personajes. Después, se le pide que piense cómo sería ella o él si fuera un personaje, qué superpoderes tendría, o cuáles serían sus características, y se les pide que lo dibujen también.

Sesión 3. Categoría: Apoyo. Subcategoría: Entorno físico (espacio público). En esta sesión se pretende observar el espacio público que rodea el hogar de la niña o el niño, siendo un lugar de juego y socialización.

Por medio del recurso de la fotografía, la niña o el niño muestra su barrio o colonia. Se le proporciona una cámara fotográfica, con indicaciones de cómo usarla, y se le indica que la dinámica será salir a caminar por el barrio, y que él o ella tomará las fotos que quiera, de lo que les llame más la atención de su barrio. Mientras se camina se conversa con ellas y ellos. Al regresar a casa, se le muestran las fotografías tomadas, indicando que elijan su favorita para trasladarla a un dibujo. Mientras se dibuja, se intenta indagar por qué eligieron esa fotografía. Este ejercicio nos podrá dar pauta de la apropiación y percepción que tienen de su entorno, y lo que ellas y ellos consideran de valor.

Sesión 4. Categoría: Identidad. Subcategoría: Ser. En esta sesión se indaga sobre las preocupaciones o problemas que las y los niños puedan tener en ese momento, los cuales pueden expresar una parte de su identidad.

A partir de la pregunta ¿qué es lo que más te preocupa en el mundo?, ¿cuál es tu mayor problema? se le indica al niño o niña que haga una viñeta o un cómic, donde exprese su preocupación y si cree que ese problema tendría solución, cómo lo solucionaría. Se le explica las características de un cómic, que puede incluir texto e imágenes, y donde se puede narrar una historia con escenas.

Sesión 5. Categoría: Identidad. Subcategoría: Ser / No ser. Categoría: Respeto. Subcategoría: Jerarquía familiar / Jerarquía escolar. En esta sesión se busca entender cómo perciben las y los niños su propia infancia, así como su vivencia en torno a las jerarquías con las personas adultas.Se partirá de las premisas ¿qué es lo que más te gusta de ser niña o niño? ¿cuáles son las ventajas y desventajas de serlo? ¿cómo ves a los adultos?

Se indica que hagan un cartel, donde muestren en una mitad las ventajas, y en la otra las desventajas que ellos viven al ser niñas o niños.

Sesión 6. Categoría: Rol. Subcategoría: Género. En esta sesión se pretende indagar en la conciencia de lo que para ellas y ellos significa ser niño o niña y los roles de género.

Se incita a una conversación a partir de preguntas como, ¿crees que hay cosas que deben hacer las niñas o los niños específicamente? ¿por qué unos deben hacer una cosa y otros no? ¿crees que hay actividades para mujeres y para hombres? ¿en tu casa se trata igual a los niños que a las niñas? ¿qué opinas al respecto? A partir de la conversación, se le pedirá que represente por medio del dibujo, lo que ella o él cree que significa ser niña (mujer) y niño (hombre).

Sesión 7. Categoría: Identidad. Subcategoría: Ser / No ser. En esta sesión se quiere conocer cómo se ven las y los niños a sí mismas y mismos, y con qué características de las otras y otros no se identifican, no son, o no quieren ser, esto con la finalidad de que al entender lo que no son, se puede indagar más en lo que sí son, o con lo que sí se identifican.

Primero se les pide que dibujen un antirretrato, pensando en cómo no les gustaría ser, ahora, o en el futuro. Después se les pide que dibujen un autorretrato, de cómo son ahora, o de cómo quisieran ser en el futuro.

Sesión 8. Categoría: Subjetividad. Subcategoría: Imaginario grupal / Individual. Categoría: Identidad. Subcategoría: Ideales. En esta última sesión de cierre, se quiere indagar en la visión de su mundo ideal.

Se les pide que imaginen cuáles son las cosas más importantes para ellas y ellos, y lo que no les gusta del mundo. Se les pregunta ¿cómo sería un mundo ideal para ellas y ellos, y que en un dibujo o pintura, representen una escena de ese mundo ideal. ¿Qué personas están, qué objetos, en qué escenario, etc.?

5. Sugerencias para el análisis

Una vez terminada la fase anterior se da paso al análisis. Los datos obtenidos a través de las observaciones etnográficas, de los audios de las entrevistas etnográficas, y de los productos de representación visual realizados por las y los niños -y su explicación de los mismos-, se analizan construyendo códigos que permitan nombrarlos y categorizarlos conceptualmente. Cada uno de estos códigos está basado en alguna de las categorías y subcategorías de análisis expuestas anteriormente. De la misma manera, cada una de las actividades, tanto las individuales, como las grupales y de observación, están basadas en alguna o algunas de estas categorías y subcategorías.

Asimismo, a partir de esta construcción, se pueden construir códigos que busquen similitudes y/o diferencias en los diferentes entornos, para identificar puntos de encuentro y divergencias en las infancias dentro de un mismo gran contexto.



Figura 2. Diagrama de propuesta metodológica



Reflexiones

Estudiar las voces visuales de las y los niños y las narrativas que se detonan de ellas, ofrece un medio poderoso para comprender su mundo. Crear espacios para dialogar con las niñas y los niños, puede ser, no sólo divertido, sino sumamente interesante en términos de descubrir sus pensamientos y su modo espontáneo de dibujarlos y narrarlos.

Abordar los diferentes estratos socioeconómicos dentro de un mismo contexto sociocultural es necesario para poder construir un panorama de las infancias, en plural, en dicho contexto.

Al emplear un enfoque metodológico que busca establecer relaciones horizontales con las y los niños, y que incluye diferentes fuentes de obtención de datos (observación etnográfica, representaciones visuales, y diálogos), las y los investigadores podemos descubrir la profundidad de los significados incrustados en sus expresiones visuales y sus narraciones. Esta horizontalidad se empieza a construir desde el trabajo etnográfico en las escuelas, con el interés mostrado a las y los niños de ser escuchados, desembocando en la confianza de ellas y ellos. Esto se puede hacer palpable en la reflexividad que se logra en las sesiones individuales, a través de una manera de simbiosis entre ambos que se logra a partir de la acción de dibujar y dialogar sobre los temas propuestos inicialmente, y sobre otros más, propuestos por las y los niños en el transcurso de las conversaciones.

Estar presentes enfocadas o enfocados en ellas o ellos, escuchando su voz, puede resultar de gran valor para la niñas y niños. Asímismo, esta comprensión más profunda de las infancias, nos proporciona herramientas para crear prácticas, políticas públicas e intervenciones más informadas y centradas en las niñas y los niños.


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Agradecimientos

Esta investigación se realizó con el apoyo del programa de becas nacionales de CONAHCyT.




Acerca de la autora

Paola María Garfias Cedillo (garfias.paola@gmail.com) es licenciada en Diseño Gráfico y maestra en Arte. Cursa actualmente el doctorado en Estudios Socioculturales en la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Además de su pasión por el diseño editorial, sus intereses de investigación están en el área de los estudios visuales, en específico, en las voces de las infancias a través de sus representaciones visuales. (ORCID 0000-0003-2394-922X).




Recibido: 13/09/2023

Aceptado: 28/11/2023









Cómo citar este artículo

Garfias Cedillo, P. M. (2024). El estudio de las voces visuales y narrativas de las infancias, una propuesta metodológica. Caleidoscopio - Revista Semestral de Ciencias Sociales y Humanidades, 27(50). https://doi.org/10.33064/50crscsh5048











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